lunes, 18 de febrero de 2008

el papel que le toca jugar a lo público y a lo civil frente a los niños de la calle

El reclamo frecuente de los gobernantes a las organizaciones de la sociedad civil estriba en nuestra falta de sensibilidad para entender los tiempos y acciones oficiales, por lo que viven la observancia ciudadana como “un coro de grillos y contestatarios”, perdiendo la oportunidad de superar el discurso maniqueo y entender que no se trata de desplazar al gobierno de sus responsabilidades, como en algunos casos sugiere la lógica del mercado, sino de crear dinámicas de colaboración y mutua responsabilidad dirigidas a construir una sociedad más justa y equitativa.Sin embargo, en estos últimos años las organizaciones sociales dedicadas a la atención y desarrollo de la niñez, se enfrentan a la carencia de recursos para operar frente a un creciente monopolio de las Fundaciones impulsadas por grupos de alto nivel económico y político. Así mismo, observamos una tendencia a convertir a las OSC’s (Organizaciones de la Sociedad Civil) en OPS’s (Organizaciones Prestadoras de Servicios), es decir, convertirlas en “maquiladoras sociales” al recibir pequeños recursos públicos sin un marco jurídico adecuado para su labor, perdiendo en el camino su espíritu de servicio e innovación que les caracterizaba.
Comentario: La sociedad justa y equitativa que queremos debe ser construida principalmente por nosotros. La continua el gobierno, haciendo que su trabajo sea honesto y nos logre sacar adelante. Sin embargo, los gobernantes no tienen toda la obligación de hacer a el mundo un mundo justo, la realidad es que nosotros mismos lo debemos hacer.

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